sábado, 29 de mayo de 2010

Viejas "MiniDV".

Parece ser que la miniaturización de los sistemas no es cosa tan moderna como pudiera pensarse, estimulada por la industria japonesa que, carente de espacio físico en su propio país, reducen las dimensiones de todo lo que pasa por sus manos… Muy al contrario de esta tendencia, ya en los años ’30 se construían diminutas cámaras de cine con buenos resultados: las Univex A-8 y C-8, fabricadas por la Universal Camera Corporation en New York, caben en la palma de la mano. Son cámaras de formato 8 mm sencillo, que en su tiempo tuvieron gran aceptación popular por las clases medias (no todos podían filmar: el cine siempre ha sido un lujo).

También la firma estadounidense Revere trajo al mercado hacia finales de los años ‘40 dos modelos de cámara en formato Doble 8 mm de reducidas dimensiones: la B 61 y B 63, con objetivo sencillo y torreta de tres lentes, respectivamente.



















Los modelos B de la helvética marca Bolex tradicionalmente han sido muy compactos, sin llegar a los reducidos tamaños de alguna cámara puntual de otras marcas, si bien su precisión y fiabilidad les hizo ganarse un público exigente que podía sacrificar un poco del espacio físico dedicado al equipo cinematográfico para ganar en otros aspectos
nada desdeñables como, por ejemplo, la precisión de estas máquinas.

Ya en décadas posteriores, y para asombro de quienes de alguna manera conocemos la forma y costumbres soviéticas sobre la fabricación de cámaras de cine, encontramos las Ekran 1 (en la imagen, con un accesorio para trucos, cortinilla diagonal en este caso)
y Ekran 3, de 8 mm sencillo, con un diminuto tamaño y suave funcionamiento que casi acaban por eclipsar su origen ruso. Encantadoras cámaras con un look minimalista y sencilla concepción que atraen poderosamente la atención del coleccionista.

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